Origen del proyecto
En 2011 uno de los principales constructores de Krasnoyarsk (Siberia) contactó con representantes de BERALMAR en Rusia. Como constructor, y debido a su situación geográfica, el suministro de materiales de construcción, en especial de ladrillos, era un asunto crítico, por lo que teniendo en cuenta su consumo anual de ladrillos macizos se planteó fabricárselos él mismo, previendo que la mayor parte de la producción planteada (300 tn/día) iría destinada a consumo propio. Su principal preocupación fueron los costes de fabricación, y entendiendo que la energía es el principal, planteó que el único combustible que se utilizara en la fábrica fuera el carbón mineral local.
Un combustible peculiar
El cliente había llamado por tanto a la puerta adecuada, pues BERALMAR es el líder del sector en tecnologías para el uso de combustibles sólidos. El problema del carbón mineral local es que en Siberia, debido al permafrost (hielo permanente en el subsuelo), el carbón es extraído de la mina mezclado con hielo, estado en el que se mantiene incluso durante su distribución en gran parte del año. El carbón debía llegar a la futura cerámica por tanto congelado o no, pero en todo caso con muchísima humedad, de más del 40%. Para poder utilizar este carbón se tuvo que instalar un secador especial, desde donde partiría un interesante circuito cerrado en la gestión de este combustible: el carbón húmedo se hace pasar por un secadero-trommel que rebaja su humedad desde un 40% aproximadamente hasta menos de un 10%. A la salida del secadero de carbón, una pequeña parte del carbón se envía a una cámara de combustión modelo CSD, que quema el carbón para generar el calor que necesita el secador-trommel en su proceso de secaje de carbón, mientras que la mayor parte del carbón se envía al sistema de combustión del horno, modelo PROMATIC, que a su vez consta de un sistema de secado (de <10% a <2% de humedad) del carbón durante el proceso de molturación.
Evitando el uso de combustibles auxiliares
El horno por tanto se equipó con un sistema PROMATIC y se diseñó para llevar a cabo el proceso de cocción sin ayuda de ningún combustible adicional de pre-calentamiento, alargando la zona de pre-calentamiento y dotando la ventilación del horno de una capacidad extra para trasladar con más presión el calor de la zona de cocción a la zona de pre-calentamiento.
Por otra parte, para el proceso de secado de ladrillos se optó por un secadero de apilado directo sobre vagoneta de horno, de un solo túnel, modelo LEVANTE. Este tipo de secadero es el más eficiente energéticamente (al margen de otras ventajas conocidas), y combinado con una extrusión dura de una humedad máxima en la arcilla del 16%, el secadero planteado podía funcionar exclusivamente con el aire caliente recuperado del horno, a pesar de las extremas temperaturas invernales.
De esta manera se concibió y construyó la cerámica KCM-2 de Krasnoyarsk, con unos datos operativos destacables:
Producción: 300 tn/día de ladrillo macizo ruso (3,7 kg).
Operarios totales en producción: 24.
Consumo térmico total: 330 Kcal/kg en cocción y secado.
Combustible: 100% carbón mineral de 5.000 Kcal/kg.
|