En la que debe ser la década de las grandes reducciones de emisiones de gases invernadero, lo que llevamos de año se ha caracterizado por un aumento del precio de emisión de una tonelada de CO2 que se ha estabilizado por encima de los 50 €.
Las consecuencias no se notan aún plenamente en muchos casos debido a la disponibilidad de excedentes de derechos de emisiones, pero añaden presión para encontrar soluciones que disminuyan el cómputo de emisiones.
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